martes, 25 de octubre de 2011

La Brecha Digital y la Formación Docente



En la actualidad, la educación, en todos sus niveles, está pasando por cambios significativos en la forma de conceptualizar y aplicar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Gran parte de esos cambios están relacionados con la participación de una gran parte del mundo en la globalización, por lo que las sociedades tienen que buscar nuevas formas de participación que permitan a los individuos salir adelante en el mundo laboral y social a la vez que satisfacer sus necesidades básicas.

En este marco, la educación básica y la educación normal se han vuelto componentes importantes en el engranaje de la articulación de la educación básica, pues en ellas se inicia el proceso de formación de los componentes de las sociedades.

Es por eso que, al enfrentar una de las demandas de estas nuevas sociedades del conocimiento, se da pie a la incorporación y uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en la formación inicial de docentes de educación básica.

Demanda que, como se verá, implica un cambio de actitud en los docentes y de gestión y organización en las instituciones. El presente artículo tiene la finalidad de expresar que como docente reconozco la necesidad de formación en el uso de las TICs para  incorporarlas en la docencia y, con esto, apoyar el desarrollo de los perfiles de egreso.

A lo largo de más de diez años de experiencia laboral he visto como se ha transformado la práctica docente, en este caso en educación normal, con el uso de recursos diversos, que van desde tecnología de punta, hasta la recuperación de materiales didácticos comunes como el pizarrón y el gis que está cayendo en desuso y no tendría por qué ser así.
Cada recurso didáctico fue creado para un fin educativo y es responsabilidad de cada institución y de los docentes el aprender a utilizarlos adecuadamente, en este sentido me referiré al uso de los recursos tecnológicos actuales y su inserción en el ámbito educativo, pues son parte de una realidad que, nos guste o no, está presente en todos los ámbitos de nuestra vida, por lo que hay que sacar el mayor provecho para hacer que los docentes en formación desarrollen la mayor cantidad de competencias con gran calidad.

En la actualidad, el mundo ha venido sufriendo cambios en todos los ámbitos: climáticos, geográficos, sociales, políticos, entre otros, y la educación no es la excepción; partiendo de la idea de que las sociedades hoy en día tienen en común  la globalización mundial, nos enfrentamos a la idea de que estamos conformando lo que la UNESCO (2005) llama sociedades de conocimiento que hace referencia al hecho de que en la actualidad, todos somos poseedores de información y es ésta la que nos puede ayudar o limitar el desarrollo económico, político, social y cultural, y no sólo tener la información, sino saber buscarla, discriminarla y hacer un uso crítico de ella.

Ante esto, se debe tener claro que con la globalización no se trata de homogeneizar la sociedad, sino reconocer que existen tantas sociedades de conocimiento como contextos socio-culturales se puedan definir, ello implica reconocer la multiculturalidad como una característica que puede enriquecer o limitarlas en su interacción y desarrollo. Como un elemento más, en esta globalización, la calidad y la equidad en la educación han sufrido un duro golpe sobre todo en América Latina ya que la falta de recursos sólo generan que la brecha digital sea más grande y que los países que conocemos como de “primer mundo” tomen la delantera en el dominio de las tecnologías de la información y con ello el control en todos los ámbitos.

Señalo lo anterior como preámbulo para hablar de la brecha digital que en la actualidad se vive entre las diferentes sociedades de conocimiento y más aun, entre las diferentes generaciones que conformamos una misma sociedad. Específicamente, me referiré al papel que hasta ahora ha jugado el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) en la formación inicial de los futuros docentes. Si bien, poco a poco los recursos tecnológicos han pasado a formar parte de nuestra vida cotidiana, es palpable que como docentes de las escuelas normales, nos hemos enfrentado a una resistencia y falta de actualización de las competencias tecnológicas que permitan innovar la clase y presentar los contenidos de forma interactiva y, porque no, asincrónica.

Resistencia en una gran parte de los docentes, en el sentido de que no es fácil dejar atrás las formas conocidas de trabajo que durante varios ciclos escolares han funcionado, para dar paso a otras que, de inicio, tenemos que comprender, utilizar y posteriormente dominar para agregarlas a nuestro bagaje de estrategias didácticas.

Por otra parte, señalo la falta de desarrollo de competencias tecnológicas o digitales como una necesidad de formación sentida en muchos compañeros docentes que, por no contar con capacitación adecuada, apoyo de las escuelas o de recursos, no pueden prepararse para incorporar los diferentes Recursos Educativos Abiertos (REAs) con los que ahora se cuenta y, que en muchos casos, desconocen o aun no son capaces de localizar en la web.


Partiendo del análisis anterior, se concluye que el cambio que se requiere para acceder, utilizar, reutilizar y, por qué no, modificar o crear nuevos recursos educativos (Celaya, 2009)que se pongan a disposición de cualquiera que esté interesado en ellos, implica, primero que nada la voluntad y disposición de los usuarios (docentes y alumnos) para prepararse en el uso de las TIC; sin embargo, dicho cambio no será factible sin el apoyo económico y de infraestructura de las diferentes instituciones educativas, públicas y particulares, para dotar de los recursos y la capacitación permanente a todos aquellos que los requieran para mejorar su labor, tanto educativa como profesional.
Hasta el momento, han sido pocas las iniciativas que han dado mayor impulso a este movimiento de uso y generación de REA’s y de las TIC’s que permita ir cerrando paulatinamente la brecha digital que ha marginado a algunas sociedades y privilegiado otras.
Al tiempo que esto sucede, cada uno de nosotros debe replantear su práctica docente para reconocer las fortalezas y debilidades en el conocimiento y uso en el aula de los recursos abiertos, promover esto mismo en los estudiantes y analizar la factibilidad de su adecuación en los diferentes espacios en los que convergemos cada día maestros y alumnos.
Por lo tanto, compartiendo el pensamiento de Unamuno, retomado por Esteve (1998), al intentar ser un docente que piense y sienta y haga pensar y sentir; asumo esta nueva filosofía de la comunicación, la interacción con los medios de difusión como parte de mi compromiso en la sociedad de conocimiento a la que pertenezco y que hoy más que nunca se ve inmersa en el doble compromiso de la calidad y la equidad educativa (UNESCO, 2005) con el objetivo de ser capaz de usar y reusar en un primer momento los REAs y posteriormente aportar nuevos.
Referencias de consulta
Celaya, R., Lozano, F. G. y Ramírez, M. S. (2009). Apropiación Tecnológica en los profesores que incorporan Recursos Educativos Abiertos (REA) en educación media superior. Memorias del X Congreso Nacional de Investigación Educativa. Veracruz, México.
Esteve, J. (1998). La aventura de ser maestro. Cuadernos de pedagogía. (pp. 46 – 50).
Tello, E. (2007). Las tecnologías de la información y comunicaciones (TIC) y la brecha digital: su impacto en la sociedad de México [artículo en línea]. Revista de Universidad y Sociedad del Conocimiento (RUSC). Vol. 4, no. 2 

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